Salud digestiva en mascotas: lo que todo dueño debe saber

Salud digestiva en mascotas: lo que todo dueño debe saber

¿Sabías que un simple cambio en la dieta o una visita al parque puede desencadenar en vómitos, diarrea o cólicos en tu mascota? Este artículo es para ti, aquí encontrarás información actual, práctica y respaldada por expertos para entender y actuar ante los problemas digestivos más comunes en perros y gatos.

Correo: dana.malips@gmail.com

Causas frecuentes y reconocimiento temprano

Los trastornos digestivos en mascotas suelen originarse por varias causas claras: desde comer alimentos inadecuados hasta infecciones, parásitos o pancreatitis. El Dr. Tony Johnson (DVM, DACVECC) de Purdue describe cómo la «indiscreción dietética» como comer basura o restos humanos es causa común de síntomas digestivos agudos en perros y gatos (Baltazar, 2025). Además, virus como parvovirus o coronavirus, y bacterias como Salmonella o E. coli, contribuyen con cuadros severos de diarrea y vómito.

Flora intestinal y disbiosis: el centro del equilibrio digestivo

El microbioma intestinal es clave para la salud digestiva. Perturbaciones en su equilibrio, conocidas como disbiosis, se asocian con diarrea, enteropatías crónicas y otros desequilibrios. Se ha demostrado que los antibióticos alteran significativamente esa flora, debilitando la barrera intestinal y predisponiendo a más enfermedades.

Biotipos terapéuticos: probióticos, prebióticos y postbióticos

De acuerdo con Salavati Schmitz (2024), el uso de biotipos (pre-, pro- y postbióticos) muestra evidencia creciente en la restauración del equilibrio intestinal en perros y gatos, reduciendo la necesidad de antibióticos.

Desórdenes más serios: pancreatitis y EPI

La pancreatitis, una inflamación severa del páncreas, se manifiesta con letargo, vómitos, anorexia y dolor abdominal. En gatos estos signos pueden complicarse con ictericia o colapso (Berman et al., 2025).
La insuficiencia pancreática exocrina (EPI) es frecuente en ciertas razas como el Pastor Alemán. Se caracteriza por diarrea grasosa, pérdida de peso y necesidad de enzimas pancreáticas crónicas.

Emergencias agudas: torsión gástrica (GDV)

La dilatación-torsión gástrica (GDV) ocurre cuando el estómago se distiende y gira, comprometiendo la circulación. Razas grandes como el Gran Danés tienen alto riesgo (42 %) gracias a predisposición genética y microbiota alterada.

Relación entre problemas respiratorios y digestivos

Un estudio de la Universidad de Missouri revela que el 75 % de perros con enfermedad respiratoria aun sin síntomas digestivos presentan alteraciones digestivas como reflujo o aspiración durante la alimentación (Reinero et al., 2025). Esto resalta la importancia de evaluar ambos sistemas en conjunto.

Manejo prudente de gastroprotectores

El uso indiscriminado de inhibidores de ácido (como omeprazol o H₂-bloqueantes) es común en veterinaria, aunque no siempre justificado. La ACVIM alerta sobre efectos adversos por tratamientos prolongados sin diagnóstico claro (Journal of Veterinary Internal Medicine, 2018). Se recomienda reservar su uso para casos específicos como úlceras o esofagitis documentadas.

Claves para prevención y cuidado en casa
  1. Observa y actúa con rapidez: diarrea persistente, sangre en heces o vómito recurrente son señales que requieren evaluación.
  2. Evita la exposición a tóxicos o cambios bruscos en la dieta, incluyendo restos de comida humana o sustancias peligrosas.
  3. Apoya la microbiota intestinal con biotipos; consulta si son adecuados para tu mascota y el cuadro clínico.
  4. Vacúnalos y desparásitalos regularmente, como medidas preventivas esenciales.
  5. Dieta adecuada y gradual: cualquier cambio debe ser progresivo para evitar malestar digestivo.

Referencias: