La erosión ácida dental es la pérdida no bacteriana del tejido mineralizado del diente, provocada por el contacto con ácidos de origen interno o externo. Esta condición es irreversible y puede comprometer tanto la estética como la salud oral si no se identifica a tiempo.
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¿Cómo se produce?
El esmalte y la dentina pueden disolverse químicamente cuando se exponen a ambientes ácidos repetidos. Los factores implicados son múltiples: los ácidos pueden provenir del estómago (como en el caso de reflujo gastroesofágico) o de la dieta (bebidas carbonatadas, jugos cítricos, bebidas deportivas). Además, la frecuencia de exposición y el tiempo de contacto son determinantes, más que sólo la cantidad consumida.
Factores de riesgo principales
Entre los riesgos principales destacan:
- El consumo habitual de bebidas gaseosas y ácidas.
- El reflujo ácido o vómitos frecuentes que exponen los dientes al ácido estomacal.
- La ingesta frecuente de bebidas deportivas en personas físicamente activas, lo que puede reducir la protección salivar.
- Menor flujo salivar o mala protección del esmalte, lo que facilita el proceso erosivo.
Consecuencias para la salud bucal
La erosión ácida provoca un adelgazamiento del esmalte, exposiciones de dentina y aumento de la sensibilidad dental. En etapas avanzadas puede ocasionar cambios en la forma del diente, pérdida del material dental y necesidad de intervenciones restauradoras.
Diagnóstico y detección temprana
El diagnóstico se basa en la evaluación clínica: desgaste del esmalte, superficies planas o “cuencas” en la corona del diente, textura alterada. Es vital detectar la presencia de factores de riesgo (dietéticos o gástricos) para detener el proceso antes de que avance.
Prevención: el mejor enfoque
Para prevenir la erosión ácida se recomienda:
- Limitar el consumo de bebidas ácidas y carbonatadas, en especial entre comidas y de noche.
- Fomentar la salivación y evitar situaciones de sequedad bucal que aumenten el riesgo.
- Realizar educación sobre hábitos alimentarios y salud bucal, la conciencia pública de esta condición aún es variable.
- Consultar al odontólogo para evaluar el riesgo y aplicar medidas específicas según cada paciente.
Tratamiento y manejo clínico
Aunque la mejor estrategia es la prevención, existen abordajes clínicos: los agentes tópicos (fluoruros, compuestos de fosfato-calcio, entre otros) pueden ayudar a frenar el desgaste en etapas tempranas.Sin embargo, la eficacia clínicamente documentada todavía es limitada. En casos avanzados, puede requerirse la restauración dental para recuperar la estructura perdida.
La erosión ácida dental es un problema creciente en salud bucal, tanto en jóvenes como en adultos. Su origen no bacteriano requiere atención específica, centrada en hábitos de consumo, condiciones médicas del paciente y salud salivar. Adoptar medidas preventivas tempranas y fomentar la educación resulta esencial para mantener la integridad dental a lo largo de la vida.