La recuperación en personas mayores no es únicamente una cuestión de tiempo, sino de estrategia. A medida que envejecemos, el proceso de rehabilitación tras una enfermedad, cirugía o lesión tiende a ser más complejo. Es esencial que cuidadores, profesionales y familiares comprendan los factores clave para facilitar ese camino hacia la recuperación.
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Comprender el contexto geriátrico
Las personas mayores presentan retos específicos como disminución de la masa muscular, mayor fragilidad y enfermedades crónicas concomitantes.
Un estudio sistemático reveló que la rehabilitación geriátrica en entornos hospitalarios o de día redujo la mortalidad y mejoró el estado funcional en personas de 65 años o más.
Por ello, cualquier plan de recuperación debe adaptarse a esta realidad y priorizar un enfoque multidisciplinario.
Fomentar la movilidad y el ejercicio físico
El movimiento controlado y adaptado es una de las piedras angulares para la mejora funcional.
Por ejemplo, programas basados en ejercicios estructurados en casa demostraron beneficios en la salud física y psicológica de adultos mayores.
El papel de la fisioterapia y de los ejercicios específicos; como los de fuerza, equilibrio y flexibilidad, no puede subestimarse en la recuperación.
Crear un entorno de apoyo social
La conexión social y emocional es también un componente esencial de la recuperación.
Las investigaciones indican que la participación y el apoyo significativo contribuyen a mejores resultados en salud y recuperación funcional.
Facilitar que la persona mayor no se sienta aislada y tenga estímulos positivos favorece su adherencia y bienestar general.
Diseñar intervenciones personalizadas
Cada persona mayor tiene un perfil distinto: condiciones médicas, estado funcional previo, entorno familiar y psicológico.
Según un análisis de predicción funcional, incorporar datos específicos del paciente mejoró la precisión para estimar su recuperación al alta.
Por tanto, la personalización (y no el “plan estándar” para todos) es la clave operativa de una recuperación eficaz.
Incluir seguimiento y continuidad
La recuperación no termina al alta hospitalaria o al fin de la terapia inmediata.
Los estudios demuestran que la intervención geriátrica continuada a lo largo del tiempo ayuda a mantener los logros funcionales y evitar recaídas.
Establecer seguimiento, revisiones periódicas y atención domiciliaria (o semidomiciliaria) marca la diferencia.
Ayudar a personas mayores a recuperarse no es solo una cuestión de “dejar que pase el tiempo”, sino de implementar un plan integral: que contemple ejercicio adaptado, apoyo social, personalización, continuidad y buena comunicación. Para una agencia de marketing de salud, esto significa diseñar mensajes que conecten, que empoderen a la persona mayor y su red de apoyo, y que reflejen evidencia científica. Con esta combinación, la recuperación se puede potenciar de modo más eficiente y humano.