Evita el dolor prolongado: conoce el herpes zóster y su prevención

Evita el dolor prolongado: conoce el herpes zóster y su prevención
23 Oct 2025 / by Dana Morales in Medicina, Salud

El ­Herpes Zóster (también llamado “culebrilla”) es una enfermedad causada por la reactivación del virus de la ­Varicela-zóster (VZV), el mismo agente que provoca la varicela en la infancia. Tras la recuperación de la varicela, el virus permanece latente en los ganglios nerviosos sensoriales y puede reactivarse años después, especialmente al disminuir la inmunidad, para producir herpes zóster. 

La manifestación típica consiste en una erupción dolorosa que aparece en un solo lado del cuerpo o de la cara, siguiendo el trayecto de un nervio (dermatoma), acompañada de sensaciones como hormigueo o ardor. El riesgo de sufrir herpes zóster aumenta con la edad (sobre todo a partir de los 50 años) y en personas con el sistema inmunitario debilitado. 

Correo: dana.malips@gmail.com

Es importante que el público conozca los signos de alerta: dolor o quemazón en una zona específica de la piel sin causa evidente, seguido de una erupción con ampollas agrupadas que se convierten en costras en una o dos semanas. Cuando la erupción afecta la cara o el ojo, se incrementa el riesgo de complicaciones graves como pérdida de visión, lo que requiere atención médica inmediata. Uno de los temores derivados de esta enfermedad es la neuralgia posherpética: un dolor nervioso que puede persistir meses o años tras la resolución de la erupción. 

Distinguir entre varicela y herpes zóster resulta esencial para evitar confusiones: la varicela es la infección primaria por VZV, típicamente en la infancia, que cursa con una erupción generalizada y es altamente contagiosa.  

En cambio, el herpes zóster es la reactivación del virus latente, no una nueva infección, y se manifiesta de modo localizado, en una franja nerviosa, no de forma generalizada ni “clásicamente contagiosa” como la varicela. 

Aunque una persona con herpes zóster no transmite el herpes zóster a otro directamente, sí puede transmitir el virus VZV a alguien que nunca haya tenido varicela o no esté vacunado, de modo que esa persona podría desarrollar varicela. 

La prevención del herpes zóster es una de las claves del manejo de la enfermedad. La vacuna recombinante frente al herpes zóster ha demostrado una protección muy alta y es recomendada para adultos de 50 años o más, así como para personas inmunocomprometidas mayores de 19 años. Ensayos clínicos han demostrado reducciones significativas tanto en la incidencia del herpes zóster como de la neuralgia posherpética. 

También es importante mantener un sistema inmunitario lo más saludable posible: controlar enfermedades crónicas, evitar el uso prolongado de fármacos inmunosupresores cuando sea posible, y gestionar el estrés, pues estos factores pueden favorecer la reactivación del virus. 

En resumen, si alguna vez tuviste varicela, (y la mayoría de adultos la han tenido) es conveniente estar alerta a síntomas atípicos como hormigueo o dolor en un solo lado del cuerpo y acudir al médico ante la primera señal de erupción. Saber que existe una vacuna eficaz y que se puede prevenir la neuralgia posherpética aporta tranquilidad y oportunidad. Difundir este conocimiento en tu entorno puede marcar una diferencia real en la salud pública.

Referencias

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