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Este mes, se ha observado la aparición y circulación de variantes de influenza que despiertan atención internacional por su rápida expansión y potencial de impacto en la salud pública. En particular, una variante del virus influenza A H3N2, denominada subclado K, ha sido detectada en varios países y se considera altamente transmisible en comparación con cepas estacionales tradicionales.
En México, las autoridades sanitarias reportan la presencia de influenza estacional con casos activos durante la temporada invernal, con predominancia de subtipos A presentes en años recientes. Aunque la cepa subclado K aún no ha sido ampliamente confirmada en el país, su posible circulación obliga a reforzar las medidas de prevención comunitaria y clínica para evitar un aumento sustancial de casos, hospitalizaciones y potencialmente una crisis sanitaria similar a epidemias previas.
Vacunación: La Defensa Más Efectiva
La vacunación anual sigue siendo la intervención más eficaz para reducir el riesgo de infección por influenza y sus complicaciones graves. El Centers for Disease Control and Prevention (CDC) y otras autoridades de salud recomiendan que todas las personas de seis meses de edad o más reciban la vacuna contra la influenza cada temporada, idealmente antes del inicio de la alta circulación viral.
Estudios epidemiológicos han demostrado que la vacunación no solo disminuye la probabilidad de infección, sino que reduce hospitalizaciones y mortalidad asociadas a la influenza, especialmente en grupos vulnerables como niños pequeños, adultos mayores y personas con comorbilidades.
Medidas de Higiene y Comportamiento
Además de la vacunación, existen medidas de higiene personal y comunitaria que contribuyen a disminuir la transmisión del virus. Entre las acciones recomendadas figuran el lavado frecuente de manos con agua y jabón o con desinfectante a base de alcohol, cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar, y evitar el contacto cercano con personas enfermas.
Los expertos también señalan que evitar lugares cerrados y aglomeraciones durante picos de circulación viral puede reducir la transmisión comunitaria, y que el uso de cubrebocas en entornos de riesgo, aunque no sustituye la vacunación, puede ofrecer protección adicional cuando la transmisión es alta.
Vigilancia y Respuesta del Sistema de Salud
La vigilancia epidemiológica, a través de sistemas de monitoreo y notificación como los que operan en México, permite identificar cambios en la distribución de subtipos virales y detectar posibles nuevas variantes emergentes. Esto es fundamental para anticipar medidas de salud pública y adaptar estrategias de vacunación.
Asimismo, la coordinación entre autoridades sanitarias, instituciones académicas y organismos internacionales fortalece la respuesta ante amenazas respiratorias, reduciendo el riesgo de que un brote local se convierta en epidemia o pandemia.
La aparición de nuevas variantes de influenza representa un desafío continuo para la salud pública en México y el mundo. La vacunación oportuna, junto con prácticas de higiene y comportamientos preventivos, conforman la base de una estrategia eficaz para proteger a la población. La concientización colectiva y la adherencia a las recomendaciones sanitarias son esenciales para minimizar el impacto de la influenza en nuestra sociedad.