
A veces se distrae con facilidad, como si viviera en dos mundos al mismo tiempo. Puede hablar sin parar o quedarse completamente callado. Le cuesta seguir instrucciones simples, pero recuerda detalles complejos sobre su interés favorito. A veces, se le tacha de malcriado o antisocial, pero en realidad, su mente simplemente funciona diferente.
Ese retrato podría describir tanto a una persona con TDAH como a alguien dentro del espectro autista. Dos condiciones distintas, con síntomas que se entrelazan y, muchas veces, se confunden. En este artículo te explicamos más sobre el tema.
Correo: dana.malips@gmail.com
Sobre el TDAH
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se caracteriza por dificultades para mantener la atención, impulsividad y, en algunos casos, hiperactividad. Puede presentarse en tres tipos:
- Predominantemente inatento
- Predominantemente hiperactivo-impulsivo
- Combinado
A menudo se detecta en la infancia, pero puede persistir en la adultez.
Sobre el Autismo
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento. Algunas personas pueden tener intereses muy específicos o rutinas rígidas. El espectro es amplio: desde personas con altas habilidades cognitivas hasta quienes requieren apoyo constante.
¿Cómo se diferencian?
Aunque ambos pueden presentar dificultades sociales y problemas de atención, hay diferencias clave:
- En el TDAH, la falta de atención es más generalizada y suele mejorar con estructura.
- En el TEA, la atención puede ser intensa pero enfocada en temas específicos.
- Las personas con TEA pueden mostrar menos interés en la interacción social, mientras que en el TDAH, la impulsividad puede dificultar las relaciones.
Además, es posible que ambas condiciones coexistan en una misma persona. Estudios indican que aproximadamente el 21% de los casos de TDAH también presentan TEA.

¿Qué los causa?
Ambos trastornos tienen un componente genético importante. En el TDAH, se han identificado alteraciones en neurotransmisores como la dopamina. En el TEA, se estudian factores genéticos y ambientales que afectan el desarrollo cerebral.
¿Quién diagnostica?
El diagnóstico debe ser realizado por profesionales especializados:
- Psiquiatras o neurólogos pediátricos
- Psicólogos clínicos
- En algunos casos, médicos generales con experiencia en salud mental
Se utilizan entrevistas clínicas, observaciones y pruebas estandarizadas.
¿Cómo se tratan?
El tratamiento varía según la condición:
- TDAH: combinación de terapia conductual y, en algunos casos, medicación.
- TEA: intervenciones terapéuticas personalizadas, que pueden incluir terapia del habla, ocupacional y conductual.
Es fundamental un enfoque multidisciplinario y adaptado a las necesidades individuales.
¿Cuál es la situación en México?
En México, se estima que entre el 5% y el 7% de los niños presentan TDAH, mientras que el TEA afecta aproximadamente al 1% de la población infantil. Sin embargo, muchos casos no son diagnosticados o reciben atención tardía, lo que puede afectar el desarrollo y la calidad de vida.
Identificar si se trata de TDAH, TEA o ambos es esencial para brindar el apoyo adecuado. Una evaluación temprana y un tratamiento personalizado pueden marcar una gran diferencia en la vida de quienes viven con estas condiciones.
Fuentes: