
En este artículo exploramos las principales diferencias entre el trastorno bipolar y el trastorno límite de la personalidad (TLP). Aunque pueden parecer similares, se trata de condiciones muy distintas que requieren abordajes específicos tanto en diagnóstico como en tratamiento.
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Síntomas: ¿qué siente el paciente?
El trastorno bipolar se caracteriza por episodios marcados de manía (estado de euforia, impulsividad y energía excesiva) y depresión profunda. Estos cambios no suelen ser detonados por eventos externos y pueden durar semanas o meses.
En el TLP, el estado emocional cambia con rapidez y suele estar relacionado con eventos externos, especialmente relaciones personales. Hay una intensa sensibilidad al abandono, sentimientos de vacío y una autoimagen muy inestable.
Causas: ¿de dónde viene?
El trastorno bipolar tiene un fuerte componente genético. Se han identificado antecedentes familiares en un gran número de casos. También se asocia a desequilibrios químicos en el cerebro.
El TLP por su parte, suele tener un origen multifactorial. Experiencias de trauma en la infancia, abuso o negligencia emocional tienen gran peso. También influye la predisposición genética y la estructura del entorno familiar.
Tipos: ¿hay variaciones?
En el trastorno bipolar existen principalmente dos tipos:
Bipolar I, donde se presentan episodios maníacos intensos, y
Bipolar II, donde predominan los episodios depresivos y la hipomanía (una versión más leve de la manía).
El TLP no se divide en tipos como tal, pero puede presentarse con diferentes rasgos predominantes, como impulsividad, autolesiones o ira intensa.

Tratamiento: ¿cómo se maneja?
El trastorno bipolar se trata con medicamentos estabilizadores del estado de ánimo, antidepresivos y terapia psicológica. La adherencia al tratamiento es crucial para prevenir recaídas.
En el TLP, la terapia es el pilar principal. Se utiliza especialmente la terapia dialéctico-conductual (DBT), junto con medicamentos para controlar síntomas específicos como ansiedad o depresión.
¿Quién lo diagnostica?
Ambos trastornos deben ser diagnosticados por un profesional de la salud mental: psiquiatra o psicólogo clínico. Es clave realizar una evaluación completa, ya que se pueden presentar juntos o confundirse entre sí.
¿Qué tan comunes son en México?
Según datos recientes, el trastorno bipolar afecta aproximadamente al 1.6% de la población mexicana. En cambio, el trastorno límite de la personalidad se estima en un 2 al 5%, aunque es difícil calcular con precisión debido al subdiagnóstico.
Aunque ambos trastornos involucran cambios emocionales intensos, sus causas, evolución y tratamiento son distintos. Un diagnóstico correcto marca la diferencia para que el paciente reciba la ayuda adecuada y tenga una mejor calidad de vida.